inicio e-mail

inicio

NOTICIAS

08/10/2025 - LAS 3 ETAPAS DECISIVAS DEL GIRASOL DONDE CONTROLAR MALEZAS

El cultivo gana hectáreas en Argentina y la necesidad de un manejo firme de malezas cobra más protagonismo. Desde Aapresid hacen foco en no distraerse, sobre todo en tres etapas claves de su crecimiento.

Según la última encuesta de la REM, en la campaña 2024/25 el girasol alcanzó un 26,3% de la superficie sembrada de los socios de Aapresid, y para 2025/26 se proyecta un incremento cercano al 2%.

Este crecimiento de las últimas campañas no es casual: los márgenes muy ajustados en otros cultivos, sumado a la capacidad de adaptarse a ambientes restrictivos, liberando los lotes de manera temprana para implantar cultivos de servicios o de invierno de renta, diversificando el sistema, lo hacen una opción muy oportuna.

El girasol ofrece múltiples ventajas, pero también plantea un desafío central: el manejo de malezas, condicionado por su crecimiento inicial lento, la siembra en lotes complicados y la limitada oferta de activos. Sobre este tema, la REM y Jorgelina Montoya (INTA Anguil), compartieron en el último podcast de Integrando Manejos las estrategias para tres momentos clave del cultivo.

Los primeros 30 días: la ventana crítica del cultivo

La baja densidad de siembra (5 pl/m²) y el crecimiento inicial lento hacen que el girasol demore unas cinco semanas desde la emergencia en cerrar el canopeo. Hasta entonces, la competencia de malezas define buena parte del éxito. Después, el cultivo gana ventaja gracias a su poder de sombreo y consiguiente supresión de malezas, pero llegar limpio a ese punto requiere planificación desde el barbecho y en la preemergencia.

El girasol compite por agua y nutrientes con malezas de distintos ciclos: identificarlas a tiempo es la clave.

Entre las otoño-invernales, la rama negra sigue siendo un caso problemático debido a los biotipos de resistencias múltiples ampliamente expandidos, que obligan a controles anticipados y con combinaciones de modos de acción. Las crucíferas, con flujos de emergencias prolongados y adaptabilidad, y biotipos resistentes a ALS, glifosato, 2,4-D, y recientemente a flurocloridona, hacen que el manejo químico deba ser muy creativo. El raigrás por su parte también dice presente en el sur avanzando al centro del país, lo que complica los manejos de inviernos en lotes que van a girasol.

Entre las estivales, la morenita, con nacimientos muy tempranos a la salida del invierno, en el oeste de la provincia de Buenos Aires está dando grandes dolores de cabeza una vez demostrada su resistencia a herbicidas inhibidores de ALS y glifosato. El yuyo colorado es sin dudas el competidor más relevante principalmente en el centro y norte del país. Su emergencia muchas veces coincide con la siembra del girasol y se extiende durante gran parte del ciclo, con biotipos resistentes a glifosato, 2,4-D, inhibidores de ALS y preocupaciones crecientes por biotipos con resistencias a PPO pre o postemergentes. El complejo de gramíneas estivales, tanto anuales como perennes, son grandes competidoras y pueden complicar el manejo por consumo de agua y nitrógeno: muchas ya presentan biotipos con resistencias a glifosato, ALS y graminicidas.

Tres momentos de intervención, cada uno con sus particularidades:

A la hora de la planificación del manejo químico, los momentos de intervención con herbicidas se pueden posicionar de la siguiente manera:

Momento 1: Un barbecho eficiente puede ser el punto de partida

Cuando la planificación dificulta la inclusión de un cultivo de servicios, el barbecho previo al cultivo asume un doble rol fundamental, especialmente en ambientes marginales: reducir la competencia inicial y favorecer la acumulación de agua en el perfil.

La estrategia en este periodo se apoya en el uso eficiente de herbicidas residuales, aunque en este punto aparecen riesgos que deben manejarse con precaución. El girasol es altamente sensible a la fitotoxicidad y muchos de los ambientes donde se produce, potencian esa vulnerabilidad. Persistencias prolongadas en años secos pueden generar problemas incluso con productos aplicados en el cultivo antecesor.

Por ejemplo, el fomesafen, aplicado en sojas de segunda y con menos de 300 mm acumulados antes de la siembra de girasol, o el activo diclosulam, que usado en la soja antecesora directamente restringe la posibilidad de continuar con girasol. El topramezone en maíz, en campañas muy secas y lotes de baja capacidad productiva puede generar daños residuales.

La selección de lotes para girasol también exige descartar el uso de sulfonilureas en barbecho. Este grupo químico también se torna riesgoso si se utiliza en un cultivo invernal y ambiente muy seco, por el riesgo de carry-over que esto conlleva para el girasol.

Frente a estas incertidumbres, los bioensayos con muestras de suelo en macetas son una herramienta práctica para diagnosticar posibles riesgos. Si el cultivo logra emerger y crecer normalmente, puede considerarse seguro avanzar. Esta práctica, sencilla y económica, evita problemas mayores a campo y permite tomar decisiones con mayor seguridad.

La oferta de herbicidas es limitada, lo que obliga a ser criteriosos en la elección y considerar las malezas clave de cada región. Entre las principales alternativas se destacan los hormonales (2,4-D, dicamba, fluroxipir y halauxifen), los PPO de acción de contacto (piraflufen o carfentrazone) y en barbecho químico hasta presiembra el flumioxazin, siempre con los recaudos pertinentes en cuanto a dosis y a la proximidad de la siembra. En esta etapa de posicionamiento y hacia la presiembra también pueden considerarse trifludimoxazin y/o residuales del grupo PDS, como diflufenican o prometrina, siempre que no se prevea su uso en presiembra o preemergencia del cultivo

El manejo de malezas en girasol exige un delicado equilibrio: ser eficaces en el control sin comprometer la seguridad del cultivo ni del ambiente, un desafío que solo se resuelve con un conocimiento profundo de cada lote.

Momento 2: Preemergencia, el momento clave de la planificación herbicida

El momento de la siembra marca un punto de inflexión en el manejo de malezas. Por su baja densidad y su lenta implantación, el uso de herbicidas residuales resulta clave para sostener el cultivo limpio durante los primeros 30 a 35 días.

Las dosis y los activos son muy dependientes de las características y condiciones del suelo (% de materia orgánica, contenido de arena, pH, etc), el contenido de humedad, la cobertura y la temperatura. La dosis activa o real es la que define el suelo y el contenido de humedad ya que una parte de la dosis queda retenida al suelo y la otra disponible bioactiva que es la que va a controlar las malezas. Cada zona tiene que ajustar sus dosis, por eso no se recomienda importar una receta de una zona a la otra, ya que es común cometer errores por exceso o por déficit.

Existen alternativas de hormonales que pueden posicionarse muy cercanos a la siembra y otros que necesitan diferentes periodos de tiempo entre la aplicación y la siembra. Fluroxipir y halauxifen presentan seguridad de uso hasta la siembra.

Para las crucíferas, una alternativa de buen desempeño es la flurocloridona, aunque ya se reportan biotipos con resistencia a este activo, por lo que la combinación con diflufenican aparece como alternativa viable para sostener la eficacia.

Para el control del yuyo colorado a la siembra, se puede utilizar sulfentrazone en mezcla con S-metolacloro o acetoclor, aunque las dosis necesarias para lograr eficacia están en el límite de la fitotoxicidad para el cultivo. En suelos arenosos y con bajo contenido de materia orgánica estas dosis deben reducirse marcadamente, y para compensar la caída en eficacia se puede recurrir a combinaciones con diflufenican o flurocloridona.

Para otras especies estivales como lecherón, sorgo de Alepo y gramíneas anuales, las imidazolinonas aportan herramientas valiosas, teniendo disponibles materiales con tecnología CL.

Momento 3: Postemergencia, la carrera desde atrás

La clave de cualquier planteo exitoso no debe recaer en el rescate en postemergencia, ya que las opciones disponibles son muy limitadas y, en general, poco eficaces en malezas desarrolladas. Por ejemplo, aclonifen, registrado para postemergencia en girasol, muestra eficacia solo frente a plántulas muy pequeñas de yuyo colorado, de menos de dos centímetros. Su ventana de acción es tan estrecha que difícilmente pueda sostenerse como estrategia única.

En el caso de híbridos CL, el uso de imidazolinonas amplía el espectro de control, aunque siempre con la recomendación de aplicar en estadios muy tempranos del cultivo: entre V2 y V4. Para escapes de gramíneas, los graminicidas ACCasa (cletodim, haloxifop) siguen siendo la herramienta más eficaz, siempre y cuando se utilicen con malezas chicas y en condiciones ambientales adecuadas y en biotipos que no hayan reportado resistencia.

Reflexiones finales

La rotación de cultivos diversificada brinda la posibilidad de realizar diferentes manejos de las malezas año tras año, evitando que ciertas especies asociadas con determinados cultivos aumenten su abundancia. También porque brinda la posibilidad de rotar modos de acción de los herbicidas.

Las prácticas culturales son el primer paso en el esquema de manejo, ya sea la elección de la fecha de siembra óptima, de la tecnología de la semilla, el ajuste de la densidad de implantación, la fertilización, la habilidad competitiva de los cultivos, la fecha de cosecha, entre otras. Y con todo ello, la planificación de las estrategias químicas para el manejo de las malezas de cada zona en particular.

El mensaje de fondo es claro: el girasol es un cultivo fiel que ofrece una oportunidad de integración en los sistemas cuando se planifica correctamente. Conocer el ambiente de cada lote, anticiparse con barbechos bien diseñados y usar de manera inteligente los residuales es lo que marca la diferencia.

La experiencia acumulada muestra que la clave no está en buscar salvatajes durante el ciclo, sino en construir un planteo preventivo. El éxito en el control de malezas en girasol depende de la anticipación, de la observación y del manejo ajustado a la realidad de cada región. Así será posible sostener su crecimiento en la superficie sembrada y consolidarlo como un actor estratégico en la agricultura argentina.

Fuente: Todo Agro
Cooperativa Agrícola Ganadera Federada de Villa Cañás Ltda. - Av. 51 y Calle 48 (2607) Villa Cañás - Tel. 03462 451313 - Santa Fe - Argentina
Términos y Condiciones